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Cómo se realiza un aborto

La bisexualidad en todas sus formas

Aqui cabe recordar que la bisexualidad se define como el gusto sexual de una persona por un hombre y una mujer siendo esta indiferente, es decir, que a la persona bisexual se da lo mismo tener relaciones sexuales con un hombre o una mujer

Para aprender mas sobre esto puede accder

https://es.wikipedia.org/wiki/Bisexualidad

Nota publicada en el periodico Página Siete en la Revista Miradas  el dia domingo 19 de Marzo de 2017 en la página 17 en la sección Ad Libitum


Guery Zabala Gumucio

Los bisexuales sufren a menudo más ataques que los gays. Son "homosexuales no asumidos”; "gente confundida”, les dicen; se les exige definirse y se imaginan que son incapaces de comprometerse en una relación amorosa.

Esto lleva a la marginación de este colectivo, que vive un rechazo de una parte del grupo heterosexual.

Además, la bisexualidad es muy desconocida. Se puede definir este tipo de orientación como "la capacidad de sentir atracción romántica, afectiva y/o sexual por personas de distinto género/sexo, no necesariamente al mismo tiempo, de la misma manera, en el mismo grado, ni con la misma intensidad”. De ahí su invisibilidad, pues es la única opción sexual que no puede descubrirse fijándonos en el sexo/género de la pareja.

Las estructuras de poder social que todos tenemos más o menos interiorizadas nos afectan a la hora de entender, prejuzgar o castigar determinadas prácticas, orientaciones del deseo o identidades sexuales. Es este monosexismo propio de los modelos patriarcales y tradicionales de nuestra cultura que sólo concibe la atracción hacia un sexo o género exclusivamente, y postula que la bisexualidad, por tanto, no existe.

Se ha asociado a la promiscuidad, pues le "dan a todo” y "les sirve cualquier persona”. En ocasiones hasta se banaliza al asegurar que para ellos es más fácil "ligar” olvidando que para esto no depende en absoluto de la opción sexual que uno tenga, sino de la persona y su capacidad de conquista.

Según la sexóloga y terapeuta sexual Rinna Riesenfeld, hay nueve formas de bisexualidad.


  1. Bisexualidad de vitrina: los bisexuales de vitrina son las personas que tienen tantos miedos y prejuicios que no pueden ni siquiera fantasear con un sexo distinto del que acostumbran. Al percibir como destello un sentimiento de atracción, se asustan y lo reprimen. Solo a la distancia viven su bisexualidad. Son, por ejemplo, los que observan desde la vitrina o detrás del vidrio protector, sin involucrarse en la realidad ni en la fantasía con esa parte bisexual que, según temen, puede acarrearles problemas
  2. Bisexualidad fantasiosa: hay personas que solo son bisexuales en la fantasía, es decir, que fantasean con los dos sexos aunque en la práctica solo mantienen relaciones sexuales con un solo sexo. No siempre llevan esas fantasías a la realidad.
  3. Bisexualidad periódica: Son aquellos bisexuales que tienen periodos de tiempo en que son heterosexuales exclusivos y después periodos de homosexualidad exclusiva; pero no como un episodio de experimentación o específica en un momento dado, sino que la orientación va desplazándose de un lugar a otro en periodos de tiempo más o menos largo.
  4. Bisexualidad simultánea: Es decir, que mantienen dos parejas y/o amantes de uno y otro sexo o mantienen pareja o amante de un sexo y recurren a la fantasía para con el otro sexo, siempre al mismo tiempo. Dicen sentir necesidad por relacionarse con los dos sexos.
  5. Bisexualidad experimental: son personas que quieren saber cómo es la práctica sexual con personas del sexo contrario al que están acostumbrados; por curiosidad y ganas de experimentar. Para algunos la exploración los lleva al descubrimiento de su bisexualidad.
  6. Bisexualidad momentánea: Hace referencia a la gente que en algún periodo, empujada por diversas necesidades, vivió como bisexual. No se sabe si algún día se va a repetir o no, pero hoy en día ya no lleva una vida bisexual, al menos no en la acción, quedan excluidas de esta categoría las personas con intención de poner una fachada social.
  7. Bisexualidad circunstancial o situacional (también homosexualidad accidentada); es decir, cuando personas de un mismo sexo están conviviendo juntos durante mucho tiempo en un barco, por ejemplo, y algunos descubren allí su bisexualidad.
  8. Bisexualidad específica: cuando un heterosexual u homosexual se enamora de una persona de su mismo sexo si es hetero, o del contrario si es homosexual, pero no porque haya descubierto que le gustan las personas de ese sexo, sino solo le gusta esa persona de sexo contrario a su opción sexual habitual; solo es ese chico o chica.
  9. Bisexualidad alternante: son los que alternan con ambos sexos, en pareja y/o relación sexual ya sea en la fantasía o en la realidad. A diferencia de la bisexualidad simultánea, éstos no necesitan de los dos sexos al mismo tiempo, pueden estar con un solo sexo y después pasan al otro y no suelen tener predilección especial por ninguno .


La bisexualidad no es una etapa de transición que indica que eres homosexual, es sólo una opción sexual más, una de las diversidades sexuales. Se suelen encontrar subjetivamente menos a gusto con su identidad, hasta que la integran, la reconocen y la viven plenamente.

Adicto al sexo ?

Conocida también como hipersexualidad.

Para conocer un poco mas sobre esto se puede consultar

https://es.wikipedia.org/wiki/Hipersexualidad

Nota de prensa publicada en el periodico Página Siete el dia 7 de mayo de 2017 en la revista Miradas en la página 17 en la seccion As Libitum

Guery Zabala Gumucio

La adicción al sexo, también conocida como hipersexualidad, puede generar confusión, ya que no es lo mismo ser sexualmente activo que adicto. Esta dependencia hacia los placeres carnales viene precedida, entre otros comportamientos, por una autoestimulación o masturbación compulsiva, múltiples parejas sexuales en una noche, o varias parejas sexuales a la vez, consumo incesante de pornografía, cibersexo, prostitución, exhibicionismo, voyeurismo e incluso acoso sexual.

La conducta habitual del sexoadicto parte de un impulso incontrolado dirigido a la práctica sexual física y anónima, en un acto breve, frecuentemente poco satisfactorio, que se repite con intervalos variables siempre cortos -entre algunas horas y escasos días- con parejas distintas y sin reparar en los perjuicios de toda índole que tal conducta ocasiona a uno mismo y a su familia.

Se trata de un hábito sexual desvinculado de todo propósito de comunicación y sin el menor atisbo de vivencia amorosa.

La adicción al sexo se aplica a personas que muestran conductas parafílicas, o no, relacionadas con situaciones de riesgo, con una escalada en el tipo de conductas sexuales, con una pérdida de control y con unas consecuencias psicosociales negativas, tales como embarazos no deseados, ruptura de pareja, problemas económicos, laborales y enfermedades de transmisión sexual, incluyendo el VIH.

En los casos de adicción, se concibe el sexo como una forma de solucionar todos los problemas, aliviarse del malestar.

Las conductas sexuales tienen como objetivo reducir la ansiedad y otros afectos disfóricos (por ejemplo, la vergüenza y la depresión). La adicción aumenta con la falta de satisfacción sexual y va unida a la ansiedad y la depresión, donde se confunde el amor con el éxtasis sexual, sintiendo el sexo como la única vía para conseguir gratificación personal y afectiva.

Los adictos tienen una percepción mecánica del sexo, como una cadena de penetración-orgasmo, sin la existencia de preliminares, afecto o ternura.

La adicción al sexo como un comportamiento sexual compulsivo implica una pérdida de control y dependencia, junto con la aparición del síndrome de abstinencia.

Con frecuencia se manifiestan fantasías sexuales a modo de pensamientos obsesivos y un irrefrenable deseo sexual que las conductas impulsivas intentan, sin éxito, saciar. La persona vive por y para su adicción, siendo el sexo un comportamiento autodestructivo.

Estas personas viven en permanente insatisfacción, lo que las encierra en una búsqueda insaciable por librarse del malestar provocado por el objeto de deseo.

Y aunque el adicto al sexo consiga ese objeto de deseo, no queda satisfecho. A los pocos minutos, vuelve a sentirse vacío.

El comportamiento sexual adictivo a menudo está marcado por una "automedicación psicológica” dirigida hacia el alivio de un estado subyacente de incapacidad de disfrutar.

Este trastorno afecta sobre todo a los hombres, por una cuestión educacional y cultural. Aunque los expertos no alcanzan un acuerdo sobre el origen de las adicciones sexuales, sí convienen en que pueden influir ciertas dimensiones de la personalidad, familias tóxicas o desestructuradas, o antecedentes infantiles como abusos, traumas sexuales, rechazos afectivo-eróticos en la adolescencia, y también ciertas situaciones personales como la soledad, vacíos existenciales o una relación de pareja insatisfactoria.

El problema de los sexoadictos no es tanto la intensidad de sus impulsos como la dificultad para controlarlos o la presencia de motivos no sexuales (soledad, alivio del malestar emocional, dependencia emocional). Es ahí donde debe intervenir la terapia.

La motivación para el tratamiento es escasa porque la hipersexualidad se tiende a calificar de vicio, no de enfermedad. Por ello, los sujetos afectados tratan de esconder o minimizar la realidad.

Lo que trae al paciente a la consulta habitualmente es el consumo de alcohol o de cocaína o la depresión. Sólo después aflora la adicción al sexo, que está enmascarada en otros problemas: conflictos familiares, divorcios, etcétera.

La gran mayoría de estas personas no reciben tratamiento, ya que consideran que no tienen ningún tipo de patología. Si tú consideras que estás pasando por esta situación, busca apoyo de especialistas, pues este trastorno, como todos, puede ser tratado.

El sexo en la adolescencia

Nota de prensa publicada en el periodico Página Siete en la revista Miradas el dia 26 de Febrero de 2017 en la sección Ad  Libitum en la página 17

Guery Zabala Gumucio

 La sexualidad tiene un importante papel en el desarrollo de una vida plena y gratificante, no se puede separar el derecho al placer del derecho a la vida.

Esta visión de la sexualidad es algo reciente. A lo largo de la historia de la humanidad el disfrute del cuerpo ha sido reprimido, juzgado o prohibido, lo que ha conllevado, por un lado, que la sexualidad sea una de las dimensiones humanas menos comprendida y, por otro, que en lugar de cómo una fuente de placer y gratificación, la sexualidad se haya vivido en muchos casos como algo vergonzoso, que había que ocultar y de lo que no se podía hablar.

En la adolescencia se producen transformaciones que generan cambios en el cuerpo, en las emociones y sensaciones; todas las dimensiones de la personalidad se ven influidas por los cambios que se producen en este momento vital.

Se comienza a experimentar el mundo con "un nuevo cuerpo”. El deseo sexual aparece de una forma más clara, la atracción hacia otras personas (del mismo o del otro sexo) el deseo de disfrutar de su compañía, de sus sentimientos, de una forma distinta a la que venías experimentando como niño o niña. Y las prácticas genitales comienzan a ser privilegiadas en la cotidianidad.

Esta etapa de la vida supone el pasaje de mayores grados de dependencia a crecientes grados de autonomía de orden afectivosexual, social y económica. Para la construcción de autonomías (en sus diferentes dimensiones intervinculadas) es necesario generar condiciones habilitantes y posibilitadoras de este proceso.

Para ello, brindar información científica es vital a darles información basada en prejuicios, miedos, temores o dogmatismos. En el sexo, más que ninguna otra área del conocimiento humano, se mezclan conceptos religiosos, biológicos, psicológicos y sociales que, traducidos en valores morales, hacen que actuemos en favor o en contra de nosotros mismos. Podemos así desarrollar plenamente nuestra sexualidad o limitarla por prejuicios y tabúes.

En esta fase de la juventud, la sexualidad irrumpe con características tan nuevas y desconocidas, y con tanta fuerza, que rápidamente se vincula lo sexual con el amor; de este modo es posible que se sientan atraídos y atraídas por tal o cual persona, sientan que "aman a esa persona”, sueñan que son amados y amadas por esa persona.

Pero no debe olvidarse que solo más adelante en la vida se podrá diferenciar una atracción física de lo que es el amor. Esa persona con la que te gustaría pasar toda la vida, porque al estar a su lado encuentras lo que no lo haces con otra.

Muchas veces la presión social conduce a los adolescentes a iniciarse sexualmente, muchas impulsados por el temor de no ser aceptados, por no atreverse a decir que no, para tener lugares más importantes en los grupos, o para ser más reconocidos.

La sexualidad es mucho más que el contacto físico de dos cuerpos; tiene que ver con todo nuestro ser, nuestros sentimientos, emociones, sensaciones, deseos y las formas en que nos relacionamos. Estará presente durante toda nuestra vida, construyéndose y transformándose, bajo los paraguas de las creencias, cultura, educación e información.

Durante la adolescencia se le da forma y orientación al deseo; se define qué personas son atractivas y hacia los que dirigir su deseo sexual. Es decir, poder ser heterosexual (atraído hacia personas del sexo contrario), homosexual (atraído hacia personas del mismo sexo), o bisexual (atracción hacia personas del sexo contrario y también del mismo sexo).

Todas las diversidades sexuales pueden ser igualmente satisfactorias y saludables, la clave no está en la diversidad en sí misma sino en cómo se vive. Si cada uno de nosotros es un mundo, la sexualidad es un universo y cada persona desarrolla su forma de comportarse y vive su sexualidad de una manera propia.

No se puede vivir positivamente la sexualidad si no se vive de forma positiva el hecho de ser uno o una misma y para ello es necesario tener cubiertas otras necesidades fundamentales como la seguridad afectiva, querer y sentirse querido, sentirse útil, tener seguridad de la propia valía, encontrar un sentido a la propia existencia, etc.

Es bueno que elijas cuándo y con quién mantener relaciones sexuales, de acuerdo a tus deseos, respetando tus tiempos y sin presiones de ningún tipo. Cuidarte, quererte y disfrutar de una sexualidad plena y satisfactoria es muy importante y para ello es necesario estar informado, conocer tu cuerpo, saber cómo es, que te mires, toques y sientas, para que puedas vivir tu sexualidad con responsabilidad y sin presiones.

La andropausia

Nota de prensa publicada en el periodico Pagina Siete el dia 5 de Marzo de 2017 en la revista Miradas en la pagina 17 en la seccion Ad Libitum

Guery Zabala Gumucio

 A diferencia de la muy comentada menopausia, poco se sabe de la andropausia, el equivalente masculino. Es como que los hombres quisieran negar, consciente e inconscientemente, que la testosterona va disminuyendo, lo cual afecta a nivel psicológico, emocional, físico y sexual.

Y no es frecuente hablar de este asunto, sobre todo si se lo relaciona con el rendimiento sexual. Es natural ese temor masculino de reconocer que existe una disminución del vigor sexual debido a la edad, a pesar de que un hombre puede producir espermatozoides hasta el final de sus días, o al menos hasta edades muy avanzadas.

Desde el punto de vista biomédico, el envejecimiento del ser humano es el proceso natural que inicia antes del nacimiento y continúa durante toda la vida; no todas las personas envejecen de la misma manera, pues en esa transformación interactúan factores genéticos, influencias extrínsecas como el medio ambiente y la adaptabilidad de un organismo a medida que pasa el tiempo y la calidad de vida. De igual forma, involucra al sistema endócrino y reproductor de ambos sexos.

Andropausia es un término bastante conocido popularmente, pero incorrecto desde un punto de vista científico, dado que en el hombre, de manera distinta a lo que sucede en la mujer, no hay un momento definido en el que se presentan estos cambios hormonales o el cese de la producción espermática.

Sí es cierto que un determinado número de hombres puede presentar una disminución de la testosterona y cambios en la esfera sexual en las últimas décadas de su vida, relacionados fundamentalmente con la presencia de enfermedades que pueden condicionar cambios hormonales y vasculares, así como la disminución del número o la calidad de los espermatozoides. Estos problemas serán más frecuentes a medida que se vaya prolongando el tiempo y la calidad de vida.

Los motivos del descenso de la testosterona con la edad pueden estar ligados a diferentes factores relacionados con el testículo y su regulación hormonal por parte de la hipófisis y el hipotálamo en el cerebro. Parece ser que en la edad avanzada desciende la secreción de la hormona liberadora de hormonas sexuales por un efecto de "agotamiento”.

Al mismo tiempo, puede haber una disminución de las células productoras de testosterona a nivel de los testículos.

Existen factores de riesgo, como el estrés , y normalmente se presentan síntomas físicos y emocionales relacionados como:
  • Alteraciones en el estado de ánimo, irritabilidad o emocionalidad. 
  • Pérdida de memoria y dificultad de concentración.
  • Falta de apetito e insomnio. 
  • Ganancia de grasa y resistencia a la insulina. 
  • Cansancio, pérdida de fuerza y tono muscular. 
  • Pérdida de vello o cabello quebradizo 
  • Disminución de la densidad ósea.
  • Disminución del deseo sexual.
  • Depresión. 
  • Escasa autoestima.
  • Insomnio. 
  • Menor frecuencia de la actividad sexual. 
  • Mala función eréctil/excitación. 
  • Pérdida de las erecciones nocturnas. 
  • Menor calidad del orgasmo.
  • Menor volumen de la eyaculación.

Este último podría afectar a la totalidad de la respuesta sexual, excitación y erección, principalmente, así como al funcionamiento inadecuado de las gónadas o testículos, reduciéndose en tamaño y afectando a la fertilidad, consecuentemente.

Estos cambios pueden afectar a la percepción que se tiene como hombre de sí mismos, lo cual afecta la masculinidad, puesto que socialmente los hombres percibimos una presión especial en relación a nuestro desempeño sexual y disponibilidad sexual.

El problema se plantea cuando, en determinados varones, y debido a la suma de otros factores predisponentes, la situación clínica de hipogonadismo se hace más evidente y repercute negativamente sobre la salud física y mental.

En los casos patológicos, la estrategia debe ser diferente: un diagnóstico temprano y un correcto tratamiento con la terapia hormonal oportuna mejorará los aspectos psíquicos, físicos y sexuales del varón. Los varones que, a partir de los 50 años, sufran con angustia los síntomas evidentes de la andropausia y se sientan más vulnerables, deben buscar el apoyo de profesionales expertos en este tema, para que le realice las pruebas oportunas, enfocadas a detectar los niveles de testosterona biodisponible.

Tome conciencia de que la sexualidad no es sólo genitalidad y la madurez es un grado. Se puede vivir la sexualidad de forma plena y saboreando cada instante, con andropausia o sin ella.

Así pues, vivamos esta nueva etapa de la vida con alegría, disfrutando las oportunidades que nos ofrece nuestra experiencia y desarrollando nuestra creatividad.

El abc del placer oral para ellas

Nota de prensa que fue publicada en el periodico Página Siete el dia 26 de Marzo de 2017 en la Revista Miradas en la sección Ad Libitum

Guery Zabala Gumucio

 Lo primero que hay que hacer en estas lides es disfrutar de lo que estás haciendo, para lo cual es importante estar en sintonía y prestando atención a su cuerpo. Debes identificar qué y cómo hacer para moverle el piso como nunca antes se lo han hecho.

Seducir y excitar a una mujer ha sido una de las tareas más complejas de los hombres y, aunque en el mercado ya existen manuales que les hacen más fácil esta tarea, muchos aún no entienden que el "pre” es lo más importante antes de la penetración, y que el sexo oral a la mujer, (conocido como cunnilingus) es una de las formas más eficientes de generar un orgasmo femenino ya que les da estimulación directa, húmeda y gentil en el clítoris.

Debido a que cada mujer es diferente, si no dominas el arte de prestar atención, puedes quedarte enganchado, haciendo algo que funciona muy bien con otra chica, pero no necesariamente con la que estás en este momento. Es cierto que muchas mujeres no reconocen qué cosas les gusta hacer en sus relaciones sexuales coitales, pero no hay nada que le parezca más sexy a una mujer que un hombre apasionado, y cuando estás totalmente involucrado en su cuerpo, ella puede percibirlo con esa misteriosa capacidad que tienen para leer y responder a sus emociones.

La mayoría de los hombres no podemos evitar que nos pasen ciertas cosas por la cabeza al momento de hacer el amor. Cuestiones como: ¿Le gustará lo que le estoy haciendo? ¿Y si le parece que no la tengo suficientemente grande? ¿Debería cambiar de posición o sigo haciéndolo así? ¿Su anterior novio la tendría más grande que yo? ¿Si le hago esto se ofenderá?, siempre están presentes.

Los hombres vivimos tan obsesionados con "hacer bien nuestro trabajo… de ser rendidores… que la pareja nos sienta…”, que lo que más nos preocupa es hacer que ella llegue al orgasmo.

Pero, ojo, las mujeres no funcionan así. Además del orgasmo, hay muchas más formas de obtener placer .

Una buena idea es empezar recorriendo el camino hacia la vulva, besando, acariciando, enviando el mensaje de que deseas dar sexo oral, pero dejando que tu pareja se vaya abriendo lentamente a la posibilidad.

Al llegar a la vulva, no vayas directamente al punto. La idea es explorar el área circundante e ir acercándote lentamente hasta llegar al clítoris.

Algunas mujeres no toleran la estimulación directa sobre el clítoris y prefieren un toque suave a los lados. Para las mujeres de este tipo, basta con retirar el capuchón y lamer directamente en la cabeza del clítoris para hacer que aúlle y se estrelle contra el techo como si le hubieras descargado 200 voltios en su vagina. Como todas las técnicas de gran alcance: hazlo con precaución.

El clítoris es ontológicamente análogo al pene, por lo que si tratas su clítoris como te gusta que traten tu pene, obtendrás muy buenos resultados. Puedes acariciarlo a los lados, y hacia arriba y hacia abajo con tus dedos como si lo estuvieras "masturbando”, y puedes chuparlo con un movimiento "adentro-afuera”, mientras tu lengua está jugando en su clítoris.

Inserta uno o dos dedos en su vagina, con la palma dirigida hacia arriba. Mueve tus dedos como si estuvieras indicando con ellos "ven aquí” a lo largo de la pared superior de la vagina que es donde se encuentra su punto G. Asegúrate de humectar tus dedos. Cuando la toques, en especial antes de tocar el clítoris es necesario que mojes o lubriques tus dedos, ya sea con sus lubricantes o con tu propia saliva. Sus genitales son muy sensibles y si tus dedos están secos la puedes lastimar.

Al mismo tiempo, encuentra el ritmo con tu lengua sobre su clítoris. Empieza con los labios externos, luego los internos y encuentra su clítoris. Con cuidado separa sus labios y usando tu lengua con cuidado acaricia sus labios, muévete despacio y poco a poco pasa los labios internos, tomándote tu tiempo ve poco a poco a la parte superior de su vagina hasta encontrar el clítoris.

Si consigues el ritmo y la presión correcta en ese lugar y en su punto G, lograrás darle un orgasmo tan intenso que literalmente rasgará las sábanas. Pon una almohada debajo de su trasero: te sorprenderá lo que una simple almohada puede hacer por el placer. Gracias a esa leve elevación, tendrá un mejor manejo del clítoris y tú disfrutarás de mayores sensaciones en general.

Algo que siempre debemos recordar es que a medida que la mujer se acerca al orgasmo, el pliegue de piel donde los labios se unen en la parte superior de su vagina se desplaza hacia abajo sobre el clítoris.

Ella se excita cada vez más, y el clítoris se esconde debajo de la capucha y la sensación disminuye, y de pronto siente que la excitación muere: la solución es colocar tu pulgar sobre el pliegue en la parte superior de la vagina y tirar suavemente hacia arriba para exponer el clítoris.

Y mantenlo así.

Sexo con los cinco sentidos

Nota de prensa publicada en el periodico Página Siete en la revista Miradas el dia 12 de Marzo de 2017 en la sección Ad Libitum

Guery Zabala Gumucio

Nuestros sentidos son verdaderos afrodisiacos que nos generan mayor placer en nuestros encuentros íntimos.

La capacidad de saber dar y recibir placer convierte al sexo en un auténtico arte. Pero para que así sea, se deben emplear los cinco sentidos, que se transforman en la vía perfecta para dar rienda suelta a nuestra imaginación y a nuestras fantasías eróticas, haciendo funcionar al mismo tiempo cuerpo y mente. Hacer el amor es mucho más que hablar o tocar genitales.

Para disfrutar plenamente, primero hay que liberarse de todos los tabúes, miedos y fantasmas que hacen reducir el gozo y que limitan el placer, y utilizar los medios que estén a nuestro alcance para conseguir que cada relación sexual sea una experiencia única.

Los sentidos son la pieza clave para tener una vida sexual placentera, ya que ellos provocan el deseo y la excitación para culminar en el orgasmo, y generan el incremento en la presión sanguínea y de la frecuencia cardiaca.

Cada uno de los cinco sentidos juega su rol en la estimulación sexual: el tacto nos permite sentir la textura y calor del otro cuerpo; a través del gusto podemos probar y saborear la piel; con el olfato percibir los olores y aromas; con el oído escuchamos palabras y jadeos; mientras que la vista nos permite estimularnos más al ver a la persona con la cual estamos en cercanía sexual.

El tacto. La piel es la zona más extensa del cuerpo y puede ser estimulada con masajes y de diversas maneras: caricias suaves con las yemas de los dedos, fuertes o con diferentes texturas o temperaturas, caricias con los pies, con los senos, con el pene y los testículos. Con cualquier parte de tu cuerpo.

Recuerda que el tacto te permite conocer más a tu pareja, sentir su temperatura, su textura e identificar sus zonas erógenas.

El oído. Escuchar música, ruidos, palabras, susurros, sonidos que se emiten a lo largo de un encuentro sexual (gemidos, suspiros, respiración) estimula más a nuestro compañero sexual. Y la mejor música es el roce, es lo que cada uno diga, o no, ya que el silencio también habla. Las palabras picantes o amorosas también pueden encender a una pareja.

El sentido del olfato es uno de los más importantes si hablamos de sexualidad, pues permite captar los olores de nuestra pareja.

Usar cremas, aceites, velas y todo lo que pueda impulsar al sentido del olfato (hasta una comida que emane un olor intenso), siempre priorizando el olor de nuestro cuerpo, puede resultar excitante para la pareja, por lo que a veces no es bueno cubrir la piel de muchos perfumes o con una higiene excesiva. El desafío es identificar dónde huele mejor tu pareja.

El gusto. El beso es la primera forma de conocer el sabor de tu pareja y es un elemento muy importante de atracción erótica, por lo que no hay que descuidar la higiene bucal. Un mal aliento puede arruinar lo que han conseguido los demás sentidos.

Juega con tu lengua en todas las partes del cuerpo de tu pareja. ¿A qué sabe? ¿A qué saben sus labios? Puedes usar miel, chocolate, o cualquier otro apoyo que estimule las papilas.

Recuerda que la invitación a comer y el ritual de una comida son parte del proceso de seducción.

La vista. Como es el sentido que nos pone en contacto con el entorno es también importante desde el momento de la seducción, durante la relación sexual y al concluir la misma. La vista te lleva más allá de ver desnuda a la persona que amas, porque te permite percibir las miradas, la forma de sacarse la ropa, de mover el cuerpo. Puedes preferir tener los ojos abiertos, la luz prendida o apagada, lo importante es que ambos disfruten totalmente sus cuerpos.

Conocer nuestra sexualidad con los cinco sentidos nos ayuda a una mayor y mejor conexión con nosotros mismos, incrementando tanto el deseo como las sensaciones, y en consecuencia ayudando a mejorar y crear unas relaciones sexuales más satisfactorias.

Los sentidos pueden funcionar, en un inicio, de manera individual, pero el conjunto permite crear una mejor vivencia de la relación. Lo bueno es que no se activan únicamente en pareja, sino también individualmente.

Se trata de integrarlos a todos porque estamos en una cultura que ha sido y es muy coitocéntrica y es el momento de pensar que el sexo es una sinfonía de los sentidos y si le sumamos la creatividad, podremos disfrutar más de nuestra vida sexual.

Hay que abrir las puertas de los cinco sentidos si queremos vivir relaciones sexuales plenas, directas y altamente placenteras y evitar rechazar o inhibir cualquier intención de la pareja por motivar el cuerpo. Recuerda que cada relación sexual es una aventura y sólo hay que dejarse llevar por los cinco sentidos.

Anorexia sexual

Reportaje publicado en el periodico Página Siete publica de la revista Miradas en la página 17 en la sección Ad Libitum el día 2 de Abril de 2017

Guery Zabala Gumucio

 La falta de deseo, o anorexia sexual, se ha convertido en un tema recurrente en la consulta.

Pese a que no existen estadísticas que lo demuestren como una cuestión social, se escucha en las consultas y en las pláticas de las parejas que este tema está muy presente.

La ausencia de apetito sexual es tema doloroso y delicado para la vida en pareja .

Los especialistas están de acuerdo con que las causas pueden ser múltiples: estrés, males físicos, psicológicos o bien problemas propios de la pareja.

Hablamos de un trastorno que puede ser padecido por mujeres u hombres en cualquier etapa de sus vidas y que se define como "un estado obsesivo en el que la tarea física, emocional y mental de evitar el sexo domina la vida de alguien”.

El anoréxico sexual quiere evitar un encuentro íntimo a toda costa. Es importante recalcar que esto es mucho más complejo que no tener deseo sexual, porque hay casos en que la persona sí lo tiene, pero su miedo a la intimidad es mucho mayor, por lo que prefiere evitar encuentros sexuales con otras personas como una forma de resguardarse de lo que considera una amenaza.

Los anoréxicos sexuales escapan de cualquier tipo de vínculo . Así como un anoréxico evita comer porque se siente más gordo de lo que es, un anoréxico sexual evita el contacto sexual porque tiene aprensiones de carácter psicológico.

¿Por qué? Las raíces de la patología son similares a las de la anorexia nerviosa, con las que comparten algunas de las siguientes emociones: alienación respecto a uno mismo, soledad, perfeccionismo, autodesprecio, sentimiento de inferioridad (pero también delirios de grandeza), emociones no resueltas y, sobre todo, un comportamiento marcado por el principio de "si no se arriesga, no se puede perder”. En algunas ocasiones, el trauma infantil ocasionado por los abusos sexuales puede ser la causa velada detrás del problema.

Los miedos más comunes son los que aluden a la conexión con los demás, a los sentimientos intensos, a la propia sexualidad, a ser visibles o al reto de comenzar o terminar con una relación.

Ello provoca que lleven a cabo diversas estrategias que tienen como objetivo mantener el sexo al margen de sus vidas, pero que afectan a otras relaciones de su día a día.

Personas que, por ejemplo, controlan mucho el aseo o la seguridad, podrían tener bajo deseo sexual o poco interés, por lo que prefieren vivir una sexualidad más relacionada con el autoerotismo o con la pornografía;, es decir, prefieren buscar situaciones en las que no hay intercambio de ningún tipo.

Respecto a las consecuencias sociales y afectivas de este trastorno, pueden ser muchas. Puede que quieran tener intimidad, pero por un tema de control, de nervios, de miedo, escapan activamente, pero lo hacen siempre con una sensación de desagrado. Es como tener una limitante de la capacidad afectiva.

Las personas que padecen de este trastorno generalmente utilizan estrategias de evasión como:

- Se acuestan más temprano que su pareja. - Se acuestan más tarde que su pareja. - Evitan cualquier momento de intimidad. - Se tornan muy cuidadosos de las necesidades de otros: pareja, familia, sustento, etcétera, con tal de no tener ningún reclamo frente a sus buenas acciones en la vida. - La rigidez y la vergüenza guían su vida, y son capaces de tomar decisiones drásticas o dejar su trabajo para evitar alcanzar cierto grado de indeseable intimidad con las personas que los rodean, sea ésta de carácter sexual o no.

"Los anoréxicos nos empezamos a dar cuenta de que hemos vivido nuestra vida sin amor durante mucho tiempo. Observamos la ausencia de proximidad en ciertas facetas de nuestra vida y que nos mantenemos al margen de los demás”. explicaba un internauta en su página web.

Como todo tipo de anorexia, ésta requiere de un tratamiento especializado. Se trata de un trastorno que tiene serias implicaciones también en la vida familiar.

Si bien parece ser muy complejo, hay soluciones. Los problemas se pueden trabajar con una terapia sexológica, pero cuando los casos son muy graves, se requiere trabajar en una interconsulta con un psiquiatra, porque a veces el problema forma parte de un cuadro de fobias más generales como fobias sociales, trastornos obsesivos compulsivos o depresión, por lo que se requiere en algunos apoyo farmacológico.

Los juguetes sexuales y también la cosmética erótica pueden ayudar, siempre y cuando se tomen ciertas precauciones.

Todo lo que tiene que ver con el juego erótico es algo maravilloso y en general que se puede explorar cuando una pareja vive un nivel mínimo de tranquilidad con su sexualidad.

Proponer este tipo de elementos podría ser un bonito canal de invitación a explorar alternativas sexuales que no necesariamente lleguen al coito.

Cómo se excitan ellas ?

Nota de prensa publicada en el periodico Página Siete en la revista Miradas el día 8 de Enero de 2017 en la página 17 sección Ad Libitum

Guery Zabala Gumucio

Hace unas semanas hablamos del proceso erótico de los hombres a través de sus cinco fases (deseo, excitación, meseta, orgasmo y resolución). Muchos estamos mal informados o no conocemos el proceso erótico de las mujeres (ni de los hombres) y actuamos de manera mecánica e instintiva.

El placer y la sexualidad son parte de la vida y del desarrollo de las mujeres, pero en nuestra sociedad son las menos informadas sobre el conocimiento de su cuerpo y sensaciones, por lo que deben "aprender” junto a su pareja.

No se trata de que las mujeres sientan menos deseo de conocer que los varones, o que tengan menos curiosidad que ellos respecto al sexo y al placer, lo que ocurre es que el sistema patriarcal ha promovido esta situación como un mecanismo de control de la sexualidad femenina, dando una falsa seguridad de que ellas van a "aprender” con ellos, ya que, según esta mentalidad, "él cree saber lo que le gusta a las mujeres”.

Esto, obviamente, es totalmente falso y lo vemos en muchas mujeres que hablan entre sí, llaman a programas de radio o TV o recurren a profesionales en busca de información para mejorar su vida sexual, ya que sus parejas no tienen ni idea, ni consideran sus necesidades.

Para que empiece la fase de excitación es necesario que haya interés y deseo sexual, es decir, que se sienta motivación por alguna situación y la conexión con esa persona que emocionalmente nos atrae y genera interés.

El deseo es el estado mental de atención a estímulos eróticos y motivación, que precede al contacto sexual. Tiene componentes cognitivos y afectivos y puede presentarse de modo espontáneo, o bien reactivo, es decir, en respuesta a estímulos sensoriales y otras incitaciones por parte de la pareja, incluida la propia excitación fisiológica inducida de modo reflejo, en un contexto de afecto positivo. Dicho fenómeno es más frecuente y relevante en la mujer, particularmente en el contexto de una relación prolongada y de buena calidad afectiva que en el varón.

La fase de excitación se presenta con el primer efecto fisiológico, el aumento de secreción o lubricación vaginal, seguido de una expansión de la parte interior de la vagina, un cambio de coloración, un aumento del tamaño y elevación del útero y de los labios mayores y menores y agrandamiento del clítoris, todo acompañado de una erección de los pezones.

Al principio la lubricación puede ser escasa. Sin embargo, a medida que aumenta la excitación se humedecen cada vez más los labios y la abertura de la vagina. La cantidad de flujo no está relacionada con el nivel de placer . Sin embargo, el flujo facilita la entrada del pene en la vagina; la sequedad vaginal dificulta y hace doloroso el coito.

En la fase de meseta, hay una reducción del diámetro del tercio exterior de la vagina, junto con la congestión de los labios mayores, lo que permite una presión mayor sobre el pene, haciendo que el tamaño de éste sea poco relevante para producir estimulación vaginal en la mujer.

La fase del orgasmo supone la liberación de golpe de toda la tensión sexual acumulada, contracciones simultáneas y rítmicas del útero, la plataforma orgásmica y el esfínter anal. Cuanto mayor sea el número de contracciones y su intensidad, mayor suele ser la intensidad del orgasmo.

El orgasmo es una respuesta global de todo el organismo y no sólo de la zona pélvica y lo más importante del clímax es la intensa sensación de placer que se experimenta, hasta el punto de anularse cualquier otra actividad mental, dado que la mente se centra en esta sensación tan placentera.

Muchas se refieren a este momento como "electrizante”, "cosquillante”, afirmando que aparece como "una sensación que les recorre todo el cuerpo”.

Durante la fase de resolución se invierten las modificaciones en los órganos y tejidos de la mujer, volviendo a las condiciones previas a la fase de excitación.

Algo importante que no se debe olvidar es que si no ha habido orgasmo, tras una intensa excitación (la mujer ha llegado a la fase de meseta) esta fase de resolución lleva más tiempo, con lo que al mantenerse la vasoconstricción puede generarse una sensación de malestar o presión en la pelvis, tanto más cuanto más se hayan mantenido los altos niveles de excitación.

La consecución del orgasmo permitirá el alivio de esas sensaciones. Por ello es importante reconocer cuando no se ha tenido un orgasmo. Fingir orgasmos sólo porque tu pareja no se sienta mal hace de las relaciones sexuales una mentira, que va minando el plano afectivo y autoestimativo de la mujer.

Es necesario hablar de este tema con la pareja y de esta manera promover que ambos logren los máximos niveles de satisfacción y placer.

Cómo encarar la revelación papá soy homosexual

Nota publicada en el periodico página Siete el dia 24 de Abril de 2016 en la revista Miradas en la página 17 en la sección Ad Libitum

Guery Zabala Gumucio

En algunos momentos de terapia llegaron papás y mamás con esta preocupación: ¿cómo ayudar a su hijo (o hija) que les confesó o descubrieron que es homosexual? Sentían que el mundo se les venía encima. Era como si hubieran recibido una sentencia de muerte. Los incomodaba. Se sentían defraudados.

Muchos se preguntaban: ¿En qué he fallado? ¿Por qué me pasan estas cosas a mí? ¿Puedo hacer algo para cambiar las cosas? ¿Seguro que si conoce a una buena chica todo cambiará? Y no faltaban quienes responsabilizaban a otra persona: Es que desde que se juntó con ese chico ha cambiado. Es que ésa… tiene la culpa, lo dejó y él se decepcionó de la vida y de las mujeres.

Puedo escribir cientos, hasta miles de argumentos que dan los padres para negar y justificar la homosexualidad.

Esto porque aceptar la homosexualidad de un hijo es un proceso dificultoso, y hacerlo es demostrar el amor que se tiene a los hijos.

Lo primero que se tiene que quedar claro es que la homosexualidad no es una enfermedad, sino que es la atracción sexual y afectiva hacia personas del mismo sexo. Se debe evitar pensar que es una enfermedad, un trastorno mental o algo parecido, o menos que es contagiosa por la proximidad de otras personas homosexuales.

Si esto fuese verdad, nadie sería homosexual, porque muchos de los (y las) homosexuales han nacido y crecido en hogares heterosexuales.

Es por eso que se rompe esa creencia de que por la proximidad se aprende a ser homosexual. En todas las culturas y en todos los tiempos ha habido personas homosexuales. Que la homosexualidad haya sido más pública o permanecido escondida se debe a que las sociedades hayan sido más tolerantes o no con esta opción sexual.

Que un hijo decida ser honesto al compartir su opción sexual con sus padres es una señal de lo mucho que los ama. Significa que se ha asumido como homosexual (gay, lesbiana) y no quiere que eso sea un problema en la familia.

Es normal que cuando un hijo no responde del modo que se esperaba, exista una crisis familia.

Tu hijo quiere ser honesto contigo, no quiere mentirte ni mentirse, quiere dejar la culpabilidad y la vergüenza. Tú le has enseñado a mostrarse honestamente y ahora te está mostrando que te quiere lo suficiente como para ser honesto / sobre quién es realmente, incluso arriesgándose al rechazo personal.

Asegúrense de que sus hijos sepan que los aman y que a pesar de la confusión que sienten, del temor social, familiar frente a este descubrimiento y elección de su hijo por el rechazo, ustedes lo aman y estarán con él en todo momento.

Es importante un diálogo abierto en el que se pueda hacer preguntas y compartir inquietudes, reconociendo que ambos están confundidos y nerviosos, por eso es buscar información para comprender la homosexualidad y entender los sentimientos, pensamientos y temores. Por eso no juzgues, no acuses, aunque su decisión no te haga sentir cómodo.

Recuerda siempre querrás y buscarás lo mejor para su vida. Y tienes todo el derecho a no entenderlo, a sentirte mal, y no por los hijos, sino por el entorno social que se hace adverso a las personas de las diversidades sexuales.

Por tanto, date un tiempo de reflexión, de aprendizaje y luego vendrá el proceso de aceptación. De ahí en adelante podrás entender que es una elección, tan valiosa y respetable, y que para que tu hijo logre el respeto de su entorno, éste debe empezar en casa.

Sé un defensor ante la familia y amigos y hazle sentir que tú estarás cuando te necesite, ya que si lo presentas con vergüenza esto afectará su relación y su sentimiento de culpa se puede incrementar.

Fomenta la aceptación al mostrar a tu familia, a tus amigos que hay que respetar las decisiones de las personas y la decisión de a quién amamos es totalmente individual y personal.

Aceptar la homosexualidad de un hijo y educarse a sí mismo sobre el tema lleva tiempo, pero no es imposible.

Los hijos a menudo esperan que sus padres los comprendan de inmediato, pero para muchos de ellos no es posible. No se impaciente. No importa cuánto tiempo lleve; si realmente ama, respeta y quiere a sus hijos, lo logrará.

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