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Educación sexual - Google Noticias

Cómo se realiza un aborto

Cómo se excitan ellas ?

Nota de prensa publicada en el periodico Página Siete en la revista Miradas el día 8 de Enero de 2017 en la página 17 sección Ad Libitum

Guery Zabala Gumucio

Hace unas semanas hablamos del proceso erótico de los hombres a través de sus cinco fases (deseo, excitación, meseta, orgasmo y resolución). Muchos estamos mal informados o no conocemos el proceso erótico de las mujeres (ni de los hombres) y actuamos de manera mecánica e instintiva.

El placer y la sexualidad son parte de la vida y del desarrollo de las mujeres, pero en nuestra sociedad son las menos informadas sobre el conocimiento de su cuerpo y sensaciones, por lo que deben "aprender” junto a su pareja.

No se trata de que las mujeres sientan menos deseo de conocer que los varones, o que tengan menos curiosidad que ellos respecto al sexo y al placer, lo que ocurre es que el sistema patriarcal ha promovido esta situación como un mecanismo de control de la sexualidad femenina, dando una falsa seguridad de que ellas van a "aprender” con ellos, ya que, según esta mentalidad, "él cree saber lo que le gusta a las mujeres”.

Esto, obviamente, es totalmente falso y lo vemos en muchas mujeres que hablan entre sí, llaman a programas de radio o TV o recurren a profesionales en busca de información para mejorar su vida sexual, ya que sus parejas no tienen ni idea, ni consideran sus necesidades.

Para que empiece la fase de excitación es necesario que haya interés y deseo sexual, es decir, que se sienta motivación por alguna situación y la conexión con esa persona que emocionalmente nos atrae y genera interés.

El deseo es el estado mental de atención a estímulos eróticos y motivación, que precede al contacto sexual. Tiene componentes cognitivos y afectivos y puede presentarse de modo espontáneo, o bien reactivo, es decir, en respuesta a estímulos sensoriales y otras incitaciones por parte de la pareja, incluida la propia excitación fisiológica inducida de modo reflejo, en un contexto de afecto positivo. Dicho fenómeno es más frecuente y relevante en la mujer, particularmente en el contexto de una relación prolongada y de buena calidad afectiva que en el varón.

La fase de excitación se presenta con el primer efecto fisiológico, el aumento de secreción o lubricación vaginal, seguido de una expansión de la parte interior de la vagina, un cambio de coloración, un aumento del tamaño y elevación del útero y de los labios mayores y menores y agrandamiento del clítoris, todo acompañado de una erección de los pezones.

Al principio la lubricación puede ser escasa. Sin embargo, a medida que aumenta la excitación se humedecen cada vez más los labios y la abertura de la vagina. La cantidad de flujo no está relacionada con el nivel de placer . Sin embargo, el flujo facilita la entrada del pene en la vagina; la sequedad vaginal dificulta y hace doloroso el coito.

En la fase de meseta, hay una reducción del diámetro del tercio exterior de la vagina, junto con la congestión de los labios mayores, lo que permite una presión mayor sobre el pene, haciendo que el tamaño de éste sea poco relevante para producir estimulación vaginal en la mujer.

La fase del orgasmo supone la liberación de golpe de toda la tensión sexual acumulada, contracciones simultáneas y rítmicas del útero, la plataforma orgásmica y el esfínter anal. Cuanto mayor sea el número de contracciones y su intensidad, mayor suele ser la intensidad del orgasmo.

El orgasmo es una respuesta global de todo el organismo y no sólo de la zona pélvica y lo más importante del clímax es la intensa sensación de placer que se experimenta, hasta el punto de anularse cualquier otra actividad mental, dado que la mente se centra en esta sensación tan placentera.

Muchas se refieren a este momento como "electrizante”, "cosquillante”, afirmando que aparece como "una sensación que les recorre todo el cuerpo”.

Durante la fase de resolución se invierten las modificaciones en los órganos y tejidos de la mujer, volviendo a las condiciones previas a la fase de excitación.

Algo importante que no se debe olvidar es que si no ha habido orgasmo, tras una intensa excitación (la mujer ha llegado a la fase de meseta) esta fase de resolución lleva más tiempo, con lo que al mantenerse la vasoconstricción puede generarse una sensación de malestar o presión en la pelvis, tanto más cuanto más se hayan mantenido los altos niveles de excitación.

La consecución del orgasmo permitirá el alivio de esas sensaciones. Por ello es importante reconocer cuando no se ha tenido un orgasmo. Fingir orgasmos sólo porque tu pareja no se sienta mal hace de las relaciones sexuales una mentira, que va minando el plano afectivo y autoestimativo de la mujer.

Es necesario hablar de este tema con la pareja y de esta manera promover que ambos logren los máximos niveles de satisfacción y placer.

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