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El sexo en la adolescencia

Nota de prensa publicada en el periodico Página Siete en la revista Miradas el dia 26 de Febrero de 2017 en la sección Ad  Libitum en la página 17

Guery Zabala Gumucio

 La sexualidad tiene un importante papel en el desarrollo de una vida plena y gratificante, no se puede separar el derecho al placer del derecho a la vida.

Esta visión de la sexualidad es algo reciente. A lo largo de la historia de la humanidad el disfrute del cuerpo ha sido reprimido, juzgado o prohibido, lo que ha conllevado, por un lado, que la sexualidad sea una de las dimensiones humanas menos comprendida y, por otro, que en lugar de cómo una fuente de placer y gratificación, la sexualidad se haya vivido en muchos casos como algo vergonzoso, que había que ocultar y de lo que no se podía hablar.

En la adolescencia se producen transformaciones que generan cambios en el cuerpo, en las emociones y sensaciones; todas las dimensiones de la personalidad se ven influidas por los cambios que se producen en este momento vital.

Se comienza a experimentar el mundo con "un nuevo cuerpo”. El deseo sexual aparece de una forma más clara, la atracción hacia otras personas (del mismo o del otro sexo) el deseo de disfrutar de su compañía, de sus sentimientos, de una forma distinta a la que venías experimentando como niño o niña. Y las prácticas genitales comienzan a ser privilegiadas en la cotidianidad.

Esta etapa de la vida supone el pasaje de mayores grados de dependencia a crecientes grados de autonomía de orden afectivosexual, social y económica. Para la construcción de autonomías (en sus diferentes dimensiones intervinculadas) es necesario generar condiciones habilitantes y posibilitadoras de este proceso.

Para ello, brindar información científica es vital a darles información basada en prejuicios, miedos, temores o dogmatismos. En el sexo, más que ninguna otra área del conocimiento humano, se mezclan conceptos religiosos, biológicos, psicológicos y sociales que, traducidos en valores morales, hacen que actuemos en favor o en contra de nosotros mismos. Podemos así desarrollar plenamente nuestra sexualidad o limitarla por prejuicios y tabúes.

En esta fase de la juventud, la sexualidad irrumpe con características tan nuevas y desconocidas, y con tanta fuerza, que rápidamente se vincula lo sexual con el amor; de este modo es posible que se sientan atraídos y atraídas por tal o cual persona, sientan que "aman a esa persona”, sueñan que son amados y amadas por esa persona.

Pero no debe olvidarse que solo más adelante en la vida se podrá diferenciar una atracción física de lo que es el amor. Esa persona con la que te gustaría pasar toda la vida, porque al estar a su lado encuentras lo que no lo haces con otra.

Muchas veces la presión social conduce a los adolescentes a iniciarse sexualmente, muchas impulsados por el temor de no ser aceptados, por no atreverse a decir que no, para tener lugares más importantes en los grupos, o para ser más reconocidos.

La sexualidad es mucho más que el contacto físico de dos cuerpos; tiene que ver con todo nuestro ser, nuestros sentimientos, emociones, sensaciones, deseos y las formas en que nos relacionamos. Estará presente durante toda nuestra vida, construyéndose y transformándose, bajo los paraguas de las creencias, cultura, educación e información.

Durante la adolescencia se le da forma y orientación al deseo; se define qué personas son atractivas y hacia los que dirigir su deseo sexual. Es decir, poder ser heterosexual (atraído hacia personas del sexo contrario), homosexual (atraído hacia personas del mismo sexo), o bisexual (atracción hacia personas del sexo contrario y también del mismo sexo).

Todas las diversidades sexuales pueden ser igualmente satisfactorias y saludables, la clave no está en la diversidad en sí misma sino en cómo se vive. Si cada uno de nosotros es un mundo, la sexualidad es un universo y cada persona desarrolla su forma de comportarse y vive su sexualidad de una manera propia.

No se puede vivir positivamente la sexualidad si no se vive de forma positiva el hecho de ser uno o una misma y para ello es necesario tener cubiertas otras necesidades fundamentales como la seguridad afectiva, querer y sentirse querido, sentirse útil, tener seguridad de la propia valía, encontrar un sentido a la propia existencia, etc.

Es bueno que elijas cuándo y con quién mantener relaciones sexuales, de acuerdo a tus deseos, respetando tus tiempos y sin presiones de ningún tipo. Cuidarte, quererte y disfrutar de una sexualidad plena y satisfactoria es muy importante y para ello es necesario estar informado, conocer tu cuerpo, saber cómo es, que te mires, toques y sientas, para que puedas vivir tu sexualidad con responsabilidad y sin presiones.

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